Oh! queridos pastores
que pensáis en mí
y tan bien me comprendéis.
Necesito que sigáis
decidiendo mis días
defendiéndome de los peligros
que hay fuera del rebaño.
Comprad todas las armas
que se precisen para ello.
Invertid en festivales
y eventos deportivos
toda mi vida de trabajos.
Gracias por los autos
los televisores a color
las barredoras eléctricas
y los juegos electrónicos.
Gracias por las canciones de moda
los libros de ocultismo
las carreras en moto
las reinas de belleza
los superhombres
y el nuevo metro.
Perdonad a las malas ovejas
que no olvidan supuestos dolores
y pretenden malditos ideales y libertades
que no sirven para nada.
No necesitáis castigarlos;
nosotros los abandonaremos:
no leeremos sus libros
no los escucharemos.
Ya veréis como mueren desangrados.
Ayudadme en los pocos momentos difíciles
cuando el televisor se apaga
y estoy por casualidad, solo.
No permitáis que caiga en la tentación
De volverme loco, como las malas ovejas.
(Rosabetty Muñoz)
sábado
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1 comentario:
Gran poema que marcò a una generaciòn escapada de los pastores en aquel lugar de cuyo nombre no quiero acordarme.
Saludos desde el Sur.
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